Un atardecer solitario en una noche de verano
No son ni las diez y la tristeza
de la noche ya me ha consumido. Me siento más solitaria que aquellos que
pretenden amar la soledad. Sólo tengo éstas pequeñas canciones de jazz junto
con éstas letras, pretendiendo que sé a quién le escribo.
Te has ido, pero no fue ésta noche,
ni fue ayer y de todas maneras siento que el tiempo me tortura al recordarme tu
ausencia en mi vida, pero no en mi corazón, ¿hay acaso algo más deprimente? Sólo
una pequeña parte de mí quiere continuar en ésta odisea sin ti, y es porque así
podré contarle a los demás lo sublime que fue tenerte. Sin embargo, no todo es
melancolía, pesadumbre o tristeza infinita. Gracias a estos sentimientos tan
profundos que anhelan expresarse ésta noche, puedo sentir que estoy viva y
sentir que he vivido por alguien, y ese alguien fuiste tú.
El recuerdo de tus besos, de tus
virtudes y la felicidad que provocaba tu esencia me hacen ser ahora más
selectiva, porque sé que no será fácil encontrar a alguien que se acerque a la
excelencia de tu persona, completo de cualidades y valores que no hacen más que
aumentar mi desesperación al saber que tuve todo eso, pero lo perdí.
Lo perdí porque no somos
perfectos y no pretendo justificarme, pero la noche era larga y las
oportunidades efímeras, ¿quién sabe lo que habría de pasar al ser las cosas
diferentes? No te pido que me perdones, te pido que me entiendas.
Volamos en nada más que en
nuestra imaginación. Pretendemos vivir vidas que simplemente están llenas de
vacío, incluso pretendemos que no estamos pretendiendo, pero no es más que una
mentira. Veo la vida pasar y las personas venir, todos los días la misma
historia, y la única forma que tenía de sobrevivir a la falsedad, eras tú.
Ahora no me quedan más que
recuerdos de lo que fuimos, pero estoy convencida de que si algo ha valido la
pena, ha sido lo que hemos vivido. Tu piel y aquella noche del día que llovió
en verano. No me quedan más dudas de que mi misión más importante en la vida fue
amarte tan llena de desesperación, como lo hice. Ahora estoy tranquila y sé,
que puedo dejar éste mundo en paz.
Si en otras circunstancias nos
volvemos a encontrar… acuérdate de mí.
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