Entre desavenencias y meditación, me surgió la más profunda necesidad de desahogar estas cuitas, dudas, razones e interrogantes que, a menudo, dan vueltas conmigo por horas y horas. Cuando crecí, me socializaron para entender a mi familia de una manera específica: es inquebrantable, es sanguínea, es para toda la eternidad y no existe la posibilidad de cambiarla, porque esa fue la que me mandó Dios; si otras personas tienen familias rotas, pues qué mal. Sé que esta cosmovisión particular de la religión está en todos lados, a través de diversas manifestaciones, pero también sé que ésta sólo representa la versión patriarcal de tal dinámica interpersonal y social. Confieso que, para mí, todo esto es un montón de bullshit . Me da un chingo de risa pensar en lo inamovible que me parecía todo este sistema al crecer. Algo que le agradezco a la sabiduría del camino es que sólo fueron algunos años bajo este velo: cuando viví el divorcio familiar, adopté una nueva perspectiva. No es fácil q...
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