Experimento #1

Abro los ojos y recobro los sentidos. Me doy cuenta de que mis manos tocan algo suave y pegajoso, mis oídos escuchan los latidos de mi corazón y mis ojos observan una habitación sucia, desolada y vacía. Estoy en una esquina, envuelto entre sábanas con una sustancia caliente entre las manos, no le doy importancia. Veo una puerta, al parecer está cerrada. Sin más cuidado me pongo de pie y pierdo el equilibrio por unos segundos, me doy cuenta de que no tengo zapatos ni pantalones. Eso no es importante. Camino a la puerta y la abro con mucha lentitud, ¿por qué mi cuerpo responde de tal manera? Me siento confundido, angustiado e incluso un poco incómodo, no recuerdo haber dejado la habitación donde dormía, ni mi casa. Pensándolo bien, no puedo pensar con claridad algún aspecto en especial, no tengo más que bocetos de dónde vivo, de con quién vivo, qué hago y de quién soy. Entre más vueltas le doy al asunto, más absurdo me parece. Una luz cegadora me bloquea por unos segundos, espero un...