Un atardecer solitario en una noche de verano

No son ni las diez y la tristeza de la noche ya me ha consumido. Me siento más solitaria que aquellos que pretenden amar la soledad. Sólo tengo éstas pequeñas canciones de jazz junto con éstas letras, pretendiendo que sé a quién le escribo. Te has ido, pero no fue ésta noche, ni fue ayer y de todas maneras siento que el tiempo me tortura al recordarme tu ausencia en mi vida, pero no en mi corazón, ¿hay acaso algo más deprimente? Sólo una pequeña parte de mí quiere continuar en ésta odisea sin ti, y es porque así podré contarle a los demás lo sublime que fue tenerte. Sin embargo, no todo es melancolía, pesadumbre o tristeza infinita. Gracias a estos sentimientos tan profundos que anhelan expresarse ésta noche, puedo sentir que estoy viva y sentir que he vivido por alguien, y ese alguien fuiste tú. El recuerdo de tus besos, de tus virtudes y la felicidad que provocaba tu esencia me hacen ser ahora más selectiva, porque sé que no será fácil encontrar a alguien que se acerque a ...